Sabemos que cuando un paciente viene a la consulta con molestias, siempre hay alguna patología detrás, pero hay que comprender y analizar las causas y condicionamientos personales de cada uno para dar con la solución. Ninguna persona se inventa los síntomas por muy ocultos que estos se presenten.

Llevamos esta cualidad a un extremo porque consideramos que el paciente merece conocer de primera mano todos los detalles de su diagnóstico y su tratamiento. El éxito de cualquier terapia siempre depende de los dos: paciente y profesional. El campo de la medicina es lo suficientemente complejo como para abordarlo desde una sinceridad comprometida.

Nuestro concepto de empatía clínica nos lleva a vincularnos con el paciente como si se tratase de uno de nuestros familiares y amigos. Intentamos que se cree una relación cálida y entrañable porque estamos seguros de que ayudará a curarse al paciente o le hará más liviano el tránsito por los diferentes tratamientos.

Una característica imprescindible y fundamental para cualquier trabajo que se desempeña con personas, de cara al público, y más tratándose de algo tan delicado como la salud.

Somos honrados, respetamos a los demás, somos correctos y responsables, puntuales, leales, pulcros, disciplinados y congruentes, fieles a nuestros principios morales.

Nos encanta lo que hacemos, nuestro particular entusiasmo a la hora de entregarnos a los demás, salir de convencionalismos y dar lo mejor de nosotros.